En ocasiones un producto que se crea ad hoc para un nicho de mercado concreto necesita estar apoyado por un personaje cautivador. El nombre Carmen Dolores ya es de por sí una declaración de intenciones. Un nombre contundente, sugerente, con personalidad y muy español.
El packaging para este vino joven y ligeramente frizzante va dirigido a un target joven. Un vino fresco que les da la oportunidad de ir domando el paladar, además de tener una graduación alcohólica muy baja. Para ello creamos un personaje femenino, cañero y cañí. Sin ser andaluz pero sí muy español, de ahí la peineta, los pendientes largos y la flor. Y por supuesto, un tatuaje donde el corazón, que el personaje con descaro se apresura a mostrar.